Feliz Navidad. Luces postizas


            El plan estaba claro. De madrugada la abuela se deslizaría con su liana por el frontal del Gran Centro Comercial "El Tallo Irlandés" y con su bastón de poderes mágicos iría rompiendo las centenares de bombillas de colores. Las nietas, avisaríamos de cualquier presencia sospechosa y mamá entretendría al seguridad cantándole villancicos. En dos minutos el plan estaría cumplido, y con todas las luces apagadas y los reflejos metálicos exterminados, el abuelo dejaría de mirar los mil destellos fijamente a través de la ventana. Volvería a la mesa a cenar en paz y como siempre con  nosotras.

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