Algunos Microrrelatos...


"El mundo al revés"
             Mi pie izquierdo no funciona, y ahora que el mundo funciona al revés, esto es una señal de mal augurio. No me quiero levantar con el pie derecho, por lo de la mala suerte, pero tengo que salir apresuradamente de esta cama. Duermo con mi mujer, pero ahora eso es pecado, en breve llegarán sus amantes. Solo veo una opción, que ella me empuje y rodando me deslice como una croqueta, hasta quedar escondido y en silencio bajo su cama.


"Solo mía"
             Yo la abrazaré bien fuerte, y me la llevaré conmigo. Esperaré con paciencia al alba, y oculto tras los primeros rayos de sol, la secuestraré cuando su cuerpo desnudo a punto esté de tocar el suelo. Amordazada la llevaré hasta mi alcoba, y aún con sus gritos contenidos la desgastaré con mis besos y caricias. Solo cuando yo consuma su mitad, y el sol desaparezca la dejaré marchar. Aunque cada noche la seguiré acechando, y cuando atrevida luzca otra vez plena, la arrancaré de su cielo, llevándola de nuevo conmigo, mi siempre amada, mi Luna Nueva.


"El plan"
             Y no intentes escabullirte, que no te va a servir de nada, papá. Ahora que has llegado, me ayudarás. Acércame aquel perfume y el vestido azul y asegúrate que han apagado las cámaras de vigilancia. He conseguido un cómplice. A las once vendrá y discretamente dejará abierta la ventana, escaparé por allí. Tú solo tienes que empujarme, está muy alto, pero ellos me recogen. Después me esconderán lejos de aquí. Papá, no me mires así, todo va a salir bien, definitivamente esos hombres nos dejarán en paz. Espera, ¿qué dices? ¡Excelente!, si has conseguido la llave ábreme tú entonces la ventana.  



"El Juicio final"
          Siendo MUJER he cometido los mayores pecados ante los ojos de aquellos y aquellas que creen exacerbadamente en Dios y en el Diablo. He amado vorazmente a cuantos hombres y mujeres me han acariciado; he sido madre y he renunciado a serlo, eligiendo libre mi momento. Por ello, aunque pensaron que podía no ganarme el cielo, cuando llegué, Él me estaba esperando. Y aunque mi lugar en el mismísimo reino estaba asegurado, decidí, una vez más, guiada por mi inspiración femenina, que mi alma como mujer prefería la opción de reencarnarse una y otra vez. 


         


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