Lluvia de Yucas

Sabía que era irreal que estuviesen cayendo del cielo, como si gotas de lluvia fuesen, yucas

Amarillentas. Pero él estaba allí, y sus ojos veían con claridad como caían precipitadamente

Bocabajo. Solo estaba ocurriendo en aquella calle; la gente asustada corría a esconderse en el

Interior de algunas casas que abrían sus puertas; otros paralizados observaban como aterrizaban

Duramente en el suelo o en sus cabezas provocando decenas de pérdidas de conocimiento.

Unos diez segundos después, la lluvia de yucas había cesado. Todos aturdidos miraron el cielo azul,

Raso como nunca y sin una nube que hubiese podido iniciar dicha descarga. Policía y gobierno

Informaron horas después que tal suceso, jamás conocido en ningún lugar, era obra segura de

Algunos maleantes conocidos de la zona. El pueblo, en general, al no tener otra hipótesis

Solo se limitó a creer que si estos eran atrapados, más nunca sufrirían el ataque de las yucas.

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