La delicia natural

Lo delicioso es amanecer con la sola idea de verla. Nuestro encuentro es fugaz; ella me vende cada mañana las naranjas que necesito para mi zumo natural. Después, sueño hasta el atardecer como conquistarla.Imagino como un día, doña Paz se adelanta exigiendo su melón cortado y ella distraída se hace un tajo en la mano. Entonces, raudo, coloco los guantes que siempre llevo conmigo y aprieto con firmeza su mano frenando la hemorragia. Luego,agradecida, siempre me besa dulcemente apasionada.

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